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Tips para liberarte de una vida ocupada

Laura Moreno

Así bautizaron un grupo de investigadores de un centro de estudios de Glasgow a los síntomas que se empiezan a ver entre los jóvenes profesionales pasados de estrés y sobrecargados de información. Olvidos y falta de concentración, a la orden del día. Dos caminos: ¿Tomas un psicofármaco o cambias tu estilo de vida? Optamos por la segunda opción: algunos tips.

A la mayoría nos suena, al menos en las grandes ciudades. Corridas, agenda completa, puro estrés. El resultado, inevitable: te olvidas dónde dejaste el auto, te saltas un turno que tenías planeado desde hace un mes, pierdes cosas, te cuesta recordar datos que te sabías de memoria y no puedes concentrarte más de una vez. ¿Te pasa? Ya tiene nombre y en Estados Unidos y Europa se multiplican los casos entre profesionales jóvenes y no tanto: se llama "síndrome de la vida ocupada".

Así denominaron los investigadores del CPS Research, un centro de investigación de Glasgow (Escocia), al problema de desmemoria y falta de concentración que padecen muchas personas como consecuencia de un estilo de vida frenético, con múltiples ocupaciones en el hogar y el trabajo y el bombardeo incesante de información procedente de los teléfonos móviles, la tele, la radio, Internet.

"La desmemoria es un proceso normal de la vejez, pero tenemos evidencia que sugiere que ahora está afectando a gente cada vez más joven como resultado de múltiples ocupaciones en el hogar o el trabajo y por el exceso de información que consumimos hoy en día", explicó el doctor Alan Wade, de CPS Research.

Rápidos, los laboratorios farmacéuticos recogieron el guante y ya están anunciando la pronta salida al mercado de medicamentos que operen contra el olvido y despejen el día de estos síntomas molestos. Sin embargo, antes de sumar un nuevo fármaco a nuestras vidas es mejor parar, pensar y tomar algunas decisiones respecto a cómo vivimos.

* En primer lugar, trata de salir del caos mental en el que vivís: trata de reorganizarte y no pretendas hacer más actividades de las que puedes hacer. Haz una lista de prioridades y no te sobrecargues.

* Date espacios de "nada": en algún momento del día es necesario refugiarse en un rato de paz y tranquilidad. Un termo de mate, un libro, un poco de música, un rato de tele. Lo que te guste. Pero, en algún rincón de una jornada estresante, pará la moto.

* La alimentación también es otro factor clave. Una dieta a base de frutas y verduras brinda más energía al organismo y nos predispone a estar de mejor ánimo para encarar el día.

* Cuida tu descanso. Es importante tener una conducta adecuada de sueño. La rutina ayuda mucho: aunque te cueste, al menos en la semana trata de establecer un horario de fin del día. Dormir al menos siete horas es fundamental para que el sueño repare un día agotador.

* Cuando termina el horario de trabajo, apaga el celular y aléjate del mail. La carga psicológica y emocional de estar siempre alerta genera altos niveles de estrés y afecta la salud y los vínculos personales.

* Haz ejercicio físico al menos tres veces por semana. Ayuda a liberar la tensión acumulada y a generar endorfinas. Además, es ideal para cuidar la salud y mantener un buen peso.

* No te aísles: cuando vivimos a mil solemos cancelar todo lo que tiene que ver con momentos de ocio. Encuentros con amigas, cine, almuerzo con la pareja… Muchas cosas quedan de lado en favor de supuestas urgencias y cosas importantes. ¡Error! Tu semana debe tener espacios de socialización y placer.

* Dedica tiempo a tu cuidado personal, físico y psíquico.

* Cuida tu vida sexual, dale espacio, contáctate con el placer físico y con la enorme riqueza de encontrarte con otro, piel a piel.