Andre Thomas, un preso de Texas, Estados Unidos, extrajo su ojo izquierdo sin la ayuda de instrumentos quirúrgicos: con sólo usar sus dedos, el norteamericano de 25 años se comió el ojo que le quedaba, después de que en 2004 se comiera su ojo derecho mientras esperaba su juicio por el asesinato de su mujer, su hijo, y su hijastra de 13 meses.
Thomas había sido declarado culpable de asesinar a puñaladas a su familia, un crimen que merece la Pena Capital en el estado de Texas. Además, había extraído los corazones de sus víctimas para comerlos. Desde entonces, el hombre había estado recluido en el “corredor de la muerte”, de donde fue trasladado el mes pasado a causa de su nuevo episodio, según publicó el sitio español 20 Minutos.
Ahora, Thomas se encuentra en una clínica psiquiátrica, donde “recibirá la atención para su salud mental que estaba pidiendo desde el principio”, según el fiscal de la causa, Bobbie Peterson. Mientras tanto, su condena fue puesta en suspenso
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