La fascinante historia detrás del icónico carro de Freddie Mercury; nunca tuvo licencia

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Se dice en el argot popular que el carro que tiene es el reflejo de su personalidad y en el caso de Freddie Mercury no fue la excepción. Con su personalidad arrolladora y excéntrica no se podía quedar atrás, aunque nunca tuvo licencia de conducción, siempre fue amante de los carros lujosos de la época.

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Tal vez muchos fanáticos recuerden el Rolls-Royce Silver Silver Shadow que el cantante tenía, pues no solo es un reflejo del buen gusto de Freddie, sino también un testimonio de su época dorada con Queen. Era un auto que transmitía poder y elegancia, justo como su música. Aunque Freddie nunca lo condujo, fue parte de su vida tanto como su música y extravagante personalidad.

Color gris plata, con una elegante línea exterior y ni hablar de su hermosísimo interior en madera y cuero, fue su preferido fiel acompañante de eventos, giras y por supuesto momentos privados. Freddie lo uso durante muchas décadas siempre con su chofer de confianza al volante, todo esto porque le gustaba viajar sin preocupaciones y poder disfrutar del paisaje, en entrevista su amigo y compañero de banda Brian May expresó que el icónico Rolls-Royce Silver Shadow de 1974 se convirtió en un sello distintivo de Freddie comparándolo con su genialidad al crear música.

Tras el fallecimiento de Freddie en 1991 el auto pasó a manos de su familia que lo subastó en 2013 y el primer comprador aseguró que encontró dentro algunos casetes con la música favorita del cantante. Luego el auto tuvo una nueva venta en el 2022, donde alcanzó los 146 millones de dólares como cifra récord.

Hoy en día, este Rolls-Royce sigue siendo un objeto de culto para los fans de Queen y un símbolo de la grandeza de Freddie Mercury. Si algo tenía claro, era que vivir con estilo era una forma de arte.

Freddie Mercury dejó su huella en la música y también en el asfalto. Porque si el show debía continuar, ¡mejor hacerlo en un Rolls-Royce de lujo!