Créditos: Instagram @latiendadelmuergano

«Acá lo tratamos mal con gusto»: restaurante insulta a sus clientes y es furor en redes

Un restaurante en Barranquilla se volvió tendencia por la particular forma de atender a sus clientes. Los insultan y tratan mal.

Indira Córdoba
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Lo más común cuando se asiste a un restaurante es esperar una buena y amable atención por parte de los meseros y trabajadores del lugar, pues de recibir un mal trato, los clientes no vuelven y hasta se pueden llegar a quejar públicamente afectando la reputación del sitio.

Sin embargo, un restaurante en Barranquilla se volvió furor en redes sociales justamente por su mal trato hacia los clientes. Pues el establecimiento adoptó una idea que nació en Australia, en el restaurante Karen’s Dinner, en donde su principal objetivo es insultar a sus comensales.

Aunque parezca contradictorio, los meseros están capacitados para insultar a los clientes. Sin embargo, el servicio es muy bueno y la comida es aún mejor por lo que ningún comensal termina quejándose.

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‘La Tienda del Muergano’ es el restaurante que duplicó esta idea de Australia y el resultado ha sido un éxito. Pues varios clientes han destacado que, pese al trato de los meseros, la comida es rica y el servicio también.

Las groserías e insultos hacen parte del servicio del restaurante, pues cuando los meseros van a anotar la orden lo hacen de forma grosera.

“¿Qué quiere, hijue…?” y “me toca atender a estos malpa…”, son algunos de los insultos que desatan la risa de los clientes.

Vale aclarar, que esto hace parte de la dinámica del restaurante y se hace en forma de broma, ningún insulto va con la intención de faltarle el respeto al comensal, sino más bien de disfrutar una atención de forma diferente.

Reacciones en redes

Contrario a criticar el lugar y el trato de los trabajadores, quienes han ido a este restaurante, ubicado en el barrio Villa Campestre de Barranquilla, terminan elogiando su servicio y comida.

“Poco de gente indignada”, “en el mundo hay restaurantes con esas temáticas y es normal”, “algo diverso, no siempre de lo mismo, pero bueno que se puede hacer con los de cristal”, “necesito ir con rabia allá y que me salgan las vulgaridades”, son algunos de los comentarios que defienden la idea del restaurante.