Iron Maiden / Créditos: Getty Images

El último gran disco de Iron Maiden y su majestuosa discografía: editorial Juan Kiss

Juan Kiss habla sobre la calidad de los álbumes de Iron Maide, banda que ha seguido durante toda su carrera.

Juan Kiss

Le sigo la carrera a Iron Maiden desde el primer disco, Iron Maiden de 1980, que está por estos días de aniversario, pero no voy a hablar de ese debut, que es formidable, hay otro disco también de aniversario, el ‘Seventh son of a seventh son’, de 1988, de ese disco y de esa época conversaremos usted y yo amable lector. 

‘Seventh Son of a Seventh Son’ fue para mí, durante 22 años, el último gran álbum de Iron Maiden, con toda la connotación que tiene la palabra “Gran”, (más adelante en este escrito aclararemos ese tópico) y que además rescata las raíces progresivas de Maiden que dieron sus primeras pinceladas en el Piece of mind de 1983. Muchos dicen que su disco anterior, Somewhere in time, fue un trabajo débil y que le bajaron al nivel de producción que traían desde el debut, nada más alejado de la realidad, Somewhere intime es un discazo, como puede atreverse alguien a decir, que es débil un álbum que tiene canciones como:  

  • Wasted Years 
  • Sea of Madness 
  • The Loneliness of the Long Distance Runner 
  • Stranger in a Strange Land 
  • Alexander the Great (356-323 B.C.) 

Para mencionar solo algunas. 

Pero es ahí donde radica el problema con Iron Maiden, cuando se tiene una discografía que es, desde donde se le mire, impresionante, demoledora e in crescendo desde el primer disco, cualquier desliz, o, no, mejor cambiemos de palabra, cualquier “tropiezo” o cambio, es considerado un bajón de creatividad y calidad, miremos: 

  • Iron Maiden  
  • Killers 
  • The Number of the Beast 
  • Piece of Mind 
  • Powerslave 
  • Somewhere in Time 

Si usted me pidiera que le dijera cual es el más débil de esos seis discos, me metería en problemas, porque podría decir que ninguno, ninguno es débil, no, podría no, corrijo, le aseguro, desde mi universo, que ninguno es débil; diferentes algunos, sí.  

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Iron Maiden tiene tres etapas, los dos primeros discos son más viscerales, menos elaborados, más directos, pero en el Number of the beast todo cambia, segunda etapa; alguna vez Steve Harris dijo: “Con la llegada de Bruce Dickinson, por fin podía escribir las canciones que siempre quise escribir, por su rango de voz, con Paul Paul Di’Anno no podía hacerlo”. Y no es que DiÁnno no sea un buen cantante, solo es, diferente. 

Iron Maiden con Bruce Dickinson se disparó a la estratosfera, era otra banda, con mejores y más aspiracionales composiciones y ejecuciones, menos punk y más Heavy metal, además de las pinceladas progresivas que aquí nos muestran, Children of the Damned, Hallowed Be Thy Name, que luego serian potenciadas en el Piece of mind, tercera etapa, en canciones como, Revelations, Still Life y  To Tame a Land. Además de que aquí, Harris consigue su socio perfecto para esas líneas de bajo que se soñaba escribir para su banda, les hablo de una máquina, un relojito llamado Nicko McBrain. Esta formación de Iron Maiden 

Steve Harris 

Bruce Dickinson 

Dave Murray 

Adrian Smith 

Nicko McBrain  

Esta es, sin lugar a duda la formación estelar de Iron Maiden en los 80’s, sin demeritar su pasado, glorioso también, pero aquí eran una maquina perfectamente aceitada de Heavy metal, maquina demoledora lista para tomarse el mundo, y se lo tomaron, por sorpresa y sin tomar prisioneros. 

Luego, como para no dejar duda alguna de que estábamos en presencia de Dioses del Olimpo, nos entregan Powerslave, una joya construida con gracia e inteligencia, además de que Maiden hacia música para ellos, si, así me lo dijo alguna vez el mismo Bruce Dickinson:“Hacemos música para nosotros, que nos guste y nos haga sentir orgullosos, y si esta música le gusta a los fans, maravilloso”, esa es la honestidad que unida a un talento extraordinarios de todos, integrante por integrante, los hizo tan grandes. Inmensos. 

Powerslave es uno de mis favoritos, me lo he gastado, si gastado, de tanto escucharlo en cd, tres veces, lo amo, todo, pero aquí algunas imprescindibles en mi vida: 

Aces High 

Flash of the Blade (“hammer on and off” en la guitarra) 

The Duellists 

Back in the Village 

Powerslave 

Rime of the Ancient Mariner (poema de Samuel Taylor Coleridge de 1798) 

Pero, después de tanta genialidad empaquetada en cinco discos, que hacer en el siguiente, es ahí donde está el meollo del asunto, cuando tienes un nivel tan alto, siempre serás medido con esa vara, muy alta en el caso de Maiden, por eso muchos consideran que el Somewhere  in time fue un paso en falso, un declive, pero vuelvo y digo falso de toda falsedad, como dice mi mama, Doña Alba Munera, Somewhre in time no es un disco débil, es, diferente. 

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Cuando se tienen discos tan épicos, ¿qué se hace después? Pues, cuando se es un genio, sacar otro épico o más épico, eso es Seventh son of a seventh son. 

Iron Maiden era una banda fiel a sus conceptos y creencias, fiel a su música y a sus fans, ya se habían ganado el respeto de los metaleros de todo el mundo con metal puro y una estética majestuosa. No habían cedido ni al pop-metal ni al thrash. 

Iron Maiden opta por un álbum conceptual, basado en el folclore europeo que sostenía que el séptimo hijo de un séptimo hijo nacería con poderes especiales que podrían usarse para el bien o el mal (basada en la obra de fantasía de Orson Scott Card), aquí las letras, son tal vez, la versión más gótica de Iron Maiden, estas historias giran en torno al personaje principal, quien nació con el don de la profecía, pero su pueblo desconfía de él, ignorando sus advertencias de un desastre apocalíptico.  

Musicalmente, este es el Maiden más progresivo, hasta ese momento, ese camino lo perderían en los 90´s, para recuperarlo en el disco Book of souls 

Transiciones inesperadas entre riffs, cambios de tempo, secciones, genialidad pura.  

La producción y el sonido también fueron refinados, el sonido, menos brillante, más grueso, demoledor.

Mis favoritas: 

Moonchild 

Infinite Dreams 

The Evil That Men Do 

Seventh Son of a Seventh Son 

The Clairvoyant 

Este disco lo consideré durante muchos años, como el último gran álbum, hasta 22 años después, que con la salida del Book of souls, se terminó esa vigilia, luego, para alegría de todos, llegaría otro “gran” disco, el Senjutsu en el 2021. 

Amo a Iron Miden y he sido fan desde 1981, cuando llego a mis manos el disco debut, desde ahí he estado siempre atento a todo lo que hacen. 

Gracias Iron Maiden por tantas alegrías. 

Rock n roll forever my Friends!!! 

Up the Irons!!! 

Juan Kiss, 

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