El thriller de acción de Netflix que está cargado de drama y adrenalina

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Hay películas que llegan sin hacer ruido pero lo clavan en el sillón desde el primer minuto. El Protector, con Liam Neeson, es justo eso. Una de esas historias que no necesitan mil efectos ni un guion enredado para hacerte sentir. Dura menos de dos horas y en ese tiempo logra meterte en un viaje lleno de tensión, humanidad y decisiones que duelen.

Todo arranca con Jim Hanson, un tipo solo, curtido por la vida, que vive en un rancho medio abandonado al sur de Estados Unidos. Ya casi que se rinde, va sobreviviendo como puede. Pero un día, su camino se cruza con el de Miguel, un nene que escapa de algo que no debería haber vivido tan chico. Y ahí, sin buscarlo, todo cambia. Jim, con sus silencios y sus cicatrices, decide protegerlo. No porque sea un héroe, sino porque algo dentro suyo le dice que no puede mirar para otro lado.

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A partir de ese momento, los dos emprenden un viaje complicado, peligroso y lleno de momentos donde uno se pregunta: ¿hasta dónde llega alguien por hacer lo correcto? No es una película de tiros por todos lados. Acá cada acción, cada disparo, tiene peso. Tiene consecuencias. Lo que pasa se siente. Y eso se agradece.

Lo visual también suma un montón. Esas rutas vacías, los paisajes áridos, los moteles en medio de la nada… todo refuerza esa sensación de que están solos contra el mundo. Y por más que no lo digan, se nota que el miedo está ahí, siempre, acechando.

Liam Neeson hace lo que mejor sabe: interpretar tipos duros que no se rinden, aunque por dentro estén hechos pedazos. Pero en esta, hay algo más. Está más crudo, más humano. Se nota que su personaje no tiene todas las respuestas, que la vida le pasó por encima más de una vez. Y eso lo hace todavía más real.

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Del lado de Miguel, el pibe que lo acompaña, hay una ternura y una fuerza que impactan. No es el típico niño indefenso; es alguien que ya entiende demasiado del mundo, pero que aún guarda algo de esperanza. Y ese vínculo que se va armando entre ellos, sin palabras grandilocuentes, es lo más lindo de toda la historia.

El Protector no pretende ser una obra maestra. Solo quiere contar una historia simple, con verdad, con dolor y con una luz al fondo. Y eso, cuando se hace bien, vale mucho más que cualquier explosión.

POR : MORA