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Golpe sobre la mesa: Brasil goleó a Corea del Sur y enfrentará a Croacia en cuartos

La Selección brasileña no decepcionó y pasó a los cuartos de final.

dguzman

Brasil saltó y vibró con cada gol asestado a la pobre Corea del Sur, maltratada en Catar ante la mejor exhibición de fútbol, aunque solo durara una parte, que se ha visto en estos octavos de final (4-1).

Los brasileños, terminaron bailando al son de su equipo, despejó todas las dudas de la derrota ante Camerún en apenas media parte.

Al parecer la derrota contra los africanos era una simple llamada de atención, una forma de quitarse la presión de la primera derrota sin que esta tuviera consecuencias nefastas como en los tres últimos Mundiales.

Tite confió en Neymar de titular y lo arropó con la clase de los Paquetá, Vinícius, Richarlison, Raphinha y un Casemiro imperial, y Brasil danzó al ritmo de los jugadores más alegres del torneo.

Para el 2-0, Jung se llevó por delante a Richarlison, le atropelló dentro del área y posibilitó que Raphinha le cediera el penalti a Neymar con un abrazo. El ’10’, tras una carrera interminable y un juego mental con el portero, definió con la sangre fría de quien se sabe el mejor y se quedó a un tanto de igualar a Pelé.

En ese punto ya había aroma de goleada. No en vano, hace cinco meses, Brasil ya le metió cinco a este mismo equipo.

Era cuestión de puntería, aunque Brasil confiaba más en la magia. Para prueba, el tercero, nacido de cuatro toques, sí, cuatro, de cabeza de Richarlison a 25 metros del área. Bajó la pelota tras la cabriola y abrió una combinación al primer toque con Marquinhos y Casemiro. Este último, con un pase de mediapunta, de esa figura en peligro de extinción, le dejó en boca de gol.

Corea, ya noqueada, aún tuvo que sufrir antes del descanso la volea con rabia de Paquetá. Se la sirvió Vinícius, que buscaba con su pase a Neymar, pero se encontró con la irrupción de la diestra de Paquetá.

Gol que los surcoreanos celebraron como el de una final, pero que no cambió nada. Tite estaba tan tranquilo que hasta metió al tercer portero para que disfrutase del Mundial