Así se ve ahora el niño que fumaba 40 cigarrillos al día

Niño que fumaba desde el año y medio // Foto: crédito The Grosby Group

Así se ve ahora el niño que fumaba 40 cigarrillos al día

Las imágenes de Ardi Rizal se volvieron virales y el niño ha tenido varias consecuencias por su adicción.

Laura Daza Díaz

En el 2010, las imágenes de un bebé fumando se volvieron tendencia en redes sociales. El pequeño tenía tan solo un año y medio y consumía aproximadamente 40 cigarrillos diarios, lo cual causó preocupación en muchos sectores que defendían los derechos de los menores.

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La noticia decía que el niño ya tenía una adicción a los cigarrillos y en las imágenes se le veía sonriendo mientras fumaba. Estas prendieron las alarmas de muchas personas, quienes se preocuparon por la salud del niño y también porque tenía obesidad.

En ese tiempo, la imagen causó conmoción y se prendieron las alarmas por la crisis de salud pública que había en el mundo. El niño se convirtió en una de las personas más jóvenes en desarrollar este tipo de adicción.

Todo inició cuando el pequeño inició a robar cigarrillos en la plaza de la aldea Teluk Kemang, en el sur de Sumatra. Además, según dijo el Ministerio de Empoderamiento de la Mujer y Protección Infantil de Indonesia, su papá fue la primera persona que le pasó un cigarro.

Luego de eso, vio cómo muchas personas a su alrededor los consumían y desde allí inició su adicción. Cuando el caso del pequeño se volvió una noticia a nivel mundial, sus padres buscaron ayuda y entró en rehabilitación.

En ese entonces, muchas personas iniciaron a culpar a la madre del pequeño por dejarlo fumar. Sin embargo, las personas no sabían que él atentaba contra sí mismo cuando no lo dejaban fumar cigarrillos.

Inclusive, cuando no lo dejaban fumar, el pequeño llegó a apuñalarse con el fin de que le dejaran tener un cigarro.

“Lo primero que hice fue confiscar los cigarrillos y él hacía una rabieta. Empezó a golpearse la cabeza, e incluso se apuñaló en la rodilla con un cuchillo”, dijo la madre del pequeño.

Luego de que el niño empezara a dejar de fumar, aumentó su problema de adicción, porque le empezó a generar ansiedad. Por eso, había días en los que el niño podía llegar a comerse hasta tres muslos de pollo, dos tazones de sopa de albóndigas, y una lata de leche condensada en una sola comida.

 

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