La mujer, quien usa el metro de Nueva York como medio de transporte para desplazarse de su casa al trabajo y viceversa, no se contuvo al darse cuenta de que viajaba con nada más y nada menos que con el protagonista de “Una Noche en el Museo”.
Pero ¿Cómo pasó esto?
Dado que todas las sillas se encontraban ocupadas, un misterioso y caballeroso hombre de anteojos oscuros decidió ceder su asiento a una mujer mayor. En el momento, la dulce señora no se percató de la identidad del individuo, pero una vez levantó su mirada pudo ver de quien se trataba.
Gritos y saltos de euforia fueron los protagonistas, tanto que la mujer no podía coordinar sus palabras confundiendo el inglés con el español. Finalmente el actor, como todo un caballero, accedió a tomarse fotos y videos con su fanática.
Aquí el video:
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