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Policía tuvo que recurrir a un análisis ADN para comprobar que el mesero escupió a bebida de cliente

Laura Moreno

Tal y como lo lee, un cliente de Estados Unidos tuvo que recurrir a la prueba policial para denunciar con pruebas.

Ken Yerdon y su esposa estaban comiendo en Chili’s, en Nueva York y decidieron irse a su casa, no sin antes pedir sus bebidas para lleva. Sin embargo, la pareja afirma que el servicio era muy malo: la comida no estuviera bien cocida y que el mesero demorara tanto en llevarles unas papas.

“Fueron educados con el mesero, incluso le dejaron propina”, dice el abogado de los Yerdon, Robert Lahm.

Al salir del lugar, la tapa de una de las bebidas se desprendió, dejando ver el desagradable ingrediente extra: un escupitajo. Infortunadamente, ya le habían dado sus dos buenos tragos.

Después de dejar en la casa a su esposa e hijo, Ken regresó al restaurante para reclamar. Sin duda, los gerentes se disculparon, reembolsaron el costo de la comida y le regalaron algunos cupones; pero, el mesero se negó a aceptar que él hubiera echado el gargajo. Ya en el estacionamiento, Yerdon encontró a Lamica llorando; el mesero nuevamente alegó que no fue quien escupió en el vaso desechable, además de que no quería perder su empleo.

Yerdon tomó la decisión de ir a la policía para solicitar una prueba de ADN y así averiguar quién fue el responsable del incidente, además se sometió a exámenes de hepatitis y VIH, algo que ya estaba fuera de lugar.

Tres meses después y gracias a los avances de la ciencia se demostró que, efectivamente, fue el mesero quien echó el escupitajo en la bebida de Yerdon. Por supuesto, Lamica tuvo que pagar 125 dólares de multa.

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