De hecho, los magnates negocian directamente con los fabricantes y les piden que les equipen sus aeronaves a medida de sus gustos.
Entre las cosas más excéntricas que piden, hay duchas, hornos, baños propios de un hotel cinco estrellas, camas de dos plazas y amplias salas de reunión. Si bien no se animan a confirmar el dato, algunas publicaciones sostienen que un jeque árabe solicitó una sala de bolos.
Según la revista Wired, un 747 acondicionado de esta manera puede costar 280 millones de dólares. Un A380, hasta 300 millones.
"Quieren trasladar al aire lo que tienen en sus casas u oficinas. Como se puede imaginar, un billonario está dispuesto a gastar un poco de dinero para tener una linda oficina, y quieren replicar ese estilo de vida en el aire", afirmó el director de marketing de la la compañía francesa, David Velupillai, a Sydney Morning Herald.
"Nuestro mercado son los billonarios, no los millonarios", concluyó.
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