¿Existe la maldición de grandes bateristas de bandas como Slipknot, Dream Theater y Slayer?

Laura Moreno

El trabajo del baterista es uno que suele pasar desapercibido en la mayoría de los géneros, pero definitivamente no en el metal, menos con figuras que han servido para establecer cimientos de estilo y técnica para las generaciones posteriores. Por eso es importante nombrar a Joey Jordison, Mike Portnoy y Dave Lombardo bateristas que seguramente están en la mente de cualquier aficionado del metal, son músicos cuya vida está documentada en álbumes para la posteridad de la historia musical.

Estos últimos años han sido testigos de tres noticias decepcionantes que dieron pié a una serie de discordias y confusiones. Mike Portnoy baterista, vocalista, escritor de líricas, compositor, productor, vocero y encargado de la administración de Dream Theater, sugirió a la prolífica banda en el 2010 que tomarán un receso de tantos años de arduo trabajo sin pausas, a lo que fue respondido con la negativa y la destitución de su cargo.

Poe su parte Dave Lombardo sufrió de problemáticas financieras y legales con los otros miembros de Slayer; el músico cuestionó el valor que aportaba a las composiciones y finalmente no hubo acuerdo económico.

Y como si fuera poco el escenario del fundador, compositor, vocero y baterista de Slipknot, Joey Jordison, es el más difuso de todos, en diciembre del 2013 anunció que ya no formaba parte de la agrupación aunque no por voluntad propia; Corey Taylor el actual líder de la agrupación sigue sin comentar al respecto.

Es curioso cómo artistas de este nivel de talento fueron separados de sus respectivas bandas y sufren de un futuro poco prometedor, en el sentido de relevancia. Las bandas a las que pertenecían cargan con la historia que ellos ayudaron a construir, ahora es turno de valerse únicamente del peso de su nombre y de su talento.

Tras superar la dureza de la circunstancia, llega el momento de afrontar el futuro de su carrera musical considerando opciones viables entre las que se tienen: convertirse en bateristas de estudio, unirse a alguna gran banda o formar una desde cero con todo lo que implica reinventar un estilo y posicionar una nueva marca.

Hasta ahora, la decisión más popular para ellos ha sido la de formar nuevos grupos. Por ejemplo de Mike Portnoy con Flying Colors y The Winery Dogs, Dave Lombardo restableció PHILM y con Joey Jordison todo parece apuntar a que continuará con Scar the Martyr. Este desenlace de eventualidades hace cuestionar si realmente se estará aprovechando el talento y la experiencia de estos músicos en comparación a su exitoso pasado, que inevitablemente atenta con eclipsar el porvenir de sus actividades.

Todas estas bandas tienen características destacables por su propuesta y estilo, sin embargo, ninguna produce asombro; no se escucha un proyecto con la magnitud de crear un impacto cercano a la de sus antecesoras. Y a pesar de que Jordison y Portnoy jugaban un papel primordial en las composiciones de Slipknot y Dream Theater, es cierto que requerían de la interacción de otros integrantes para equilibrar la dirección de las canciones, las nuevas bandas de estos artistas suenan descompensadas y sin una sólida personalidad.

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