Alt-J (∆) reconocen sentir miedo de caer en la monotonía con la grabación de su nuevo disco

Laura Moreno

Alt-J justo cumple un año de la publicación de “An Awesome Wave”. El debut de estos jóvenes británicos dio mucho que hablar en 2012, fue disco de oro en Reino Unido y les hizo ganadores del prestigioso Mercury Prize. Muchos ven este éxito como desmesurado, provocado por la influencia de la crítica y no por la calidad del extraño rock que practican Alt-J, pero lo cierto es que esa misma tarde habían abierto el escenario principal del Bilbao BBK Live con una cuota de público madrugador envidiable. Y llevan más de 12 meses llenando conciertos en tres continentes diferentes.

Alt-J se han hecho un hueco en el panorama, y sus fans les reciben y les despiden con ese triángulo que simboliza el nombre de la banda dibujado en sus manos. Es un ritual sencillo pero de una simbología enorme.

La banda reconoce que se siente agotada por la intensidad de su gira y que a veces es necesario activar el "piloto automático". En ocasiones, me subo al escenario, comienzo a tocar y tengo la sensación de que hago las cosas de una manera automática. Entonces tengo que pensar “vale, estoy en un escenario, estoy tocando una canción” y la sensación desaparece. Pero lo llevamos bien, no estamos quemados, seguimos adelante. Nos lo pasamos muy bien juntos, afirma Gus Unger-Hamilton.

-Something Good

-A Take Away Show
 

-Breezeblocks
 

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