“Para hacer un disco político hubiera necesitado más reflexión y más cocaína”: Calamaro

Laura Moreno

Para los tiempos que corren, tampoco le ha salido un disco político, y eso que ya en El salmón y Honestidad brutal el argentino incluyó algunas canciones mordaces como Clonazepán y circo, No tan Buenos Aires o –aún más evidente- Un poco de diente por diente. "Cuando escribo textos políticos, salen después de mucha conversación y mucha reflexión, y acá estaba en otra política: la de satirizar mi libertad extrema. Es otra forma de ver la política. Para hacer un disco político, hubiera necesitado más reflexión y más cocaína… ¡uy, perdón! Eso es lo que no quería decir" [ríe].

A primera escucha, con Bohemio ocurre algo parecido que con La lengua popular: es un disco que, si bien no figura entre las grandes obras de su carrera –le falta inspiración para poder compartir podio con Alta suciedad y Honestidad brutal-, supera con creces el irregular On the rock y supone un cambio de rumbo esperanzador que nos hace pensar en el regreso del mejor Calamaro. Aquí te dejamos nuestras primeras impresiones canción a canción:

1.Belgrano: El disco comienza con una guitarra acústica y la voz de Andrés, que dedica este tema al malogrado Luis Alberto Spinetta, "nuestro héroe", dándole gracias por "la mágica armonía" y firmando una canción de tintes folk que recuerdan a su faceta dylaniana. Coloreado por unos elegantes arreglos de pedal steel guitar, el tema se sitúa entre lo mejor del álbum.

2.Cuando no estás: Llega la hora de escuchar el primer single –verá la luz el 30 de julio-, una canción pop en el sentido más calamariano del término. "Cuando no estás, la soledad me aconseja mal", canta el argentino.

3.Tantas veces: Calamaro versionando a Calamaro: "Dicen que para escribir hace falta sufrir", e incluso evocando un verso de Ariel Rot que cantó en su etapa con Los Rodríguez: "El corazón es un músculo que necesita acción" -¿No habíamos escuchado algo parecido en Mucho mejor?-.

4.Rehenes: Casi hemos llegado al ecuador del disco y la atención comienza a bajar en este tema que no aporta demasiado. De nuevo escuchamos ecos del pasado cuando Andrés canta: "A veces mataría por cinco minutos más". También puedes escuchar la frase en Mi funeral 11 (El salmón) y 5 minutos más (La lengua popular).

5.Nacimos para correr:
Calamaro consigue engancharnos de nuevo con un corte en el que vuelve a estar inspirado en los textos y en el que Julián Kanevsky nos regala un bonito solo de guitarra slide.

6.Bohemio: La canción que da título al disco comienza con sonidos fronterizos para después transformarse en un tema pop en el que sobresalen versos como: "Le robé palabras a tu ausencia para tratar de seguir", y "Permíteme que me incline ante tus ojos cuando el cántaro se rompa".

7.Plástico fino:
El episodio tóxico del álbum. Como dice su autor, "la letra más cruda, la más venenosa". Un guiño a Radio Futura y su Veneno en la piel –que curiosamente versionó el propio Calamaro en un álbum tributo a la banda de los hermanos Auserón- "El tiempo viene envuelto en plástico fino", canta.

8.Inexplicable:  "El bohemio confiesa que tiene miedo de haberse pasado dos pueblos de la raya y perder a su amorcito", explica el autor. Llegamos a la recta final del disco cuando, ¡zas!, vuelve el rock. Calamaro sube el voltaje y despacha una canción con una estructura de acordes que recuerda a I will survive, lo cual no desentona tanto si se piensa que este es un disco de rehabilitación y de sobrevivir a los malos tragos de la vida.

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