El juez de instrucción David Crerar dijo que el consumo de 10 litros de la citada gaseosa equivale a 970 miligramos de cafeína y más de un kilo de azúcar. Si embargo, el magistrado indicó que la empresa "no puede ser responsabilizada por la salud de los consumidores que beben cantidades insalubres de este producto".
Crerar envió una copia de sus conclusiones al Ministerio de Salud de Nueva Zelanda en las que recomienda que se incluyan advertencias en los envases de bebidas gaseosas sobre los peligros de ingerir grandes cantidades de azúcar y cafeína, y que se revise los niveles recomendables de consumo de estos productos, señala la agencia EFE.
Un examen forense determinó que Harris tenía un hígado agrandado con varios depósitos de grasa que se atribuyeron al consumo de excesivas cantidades de azúcar, según el canal TVNZ.
Además, a la mujer, que padecía bajos niveles de potasio en la sangre, le fueron extraídos varios dientes que se pudrieron por el consumo excesivo de esta bebida que, a la vez, habría provocado que al menos uno de sus hijos naciera sin esmalte en los dientes.
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