El experto seleccionó a 11 atractivas mujeres para que lucieran sus cuerpos en bikini en las playas de Bretaña, durante un período determinado de tiempo. Sólo el 50% de las veces, las chicas usaron un tatuaje temporal en la parte baja de su espalda.
Tras ello, los investigadores descubrieron que los hombres se acercaban más veces (y más rápidamente) a las voluntarias que tenían tatuajes.
En un segundo experimento, en tanto, se les preguntó a un grupo de chicos sobre una mujer “que estaba en algún lugar de la playa” para un estudio sobre las relaciones románticas.
Según los resultados arrojados en esta instancia, los hombres vieron a las participantes con tatuajes como más propensas a salir en una cita y más dispuestas a tener sexo en la primera cita, en relación a aquellas sin tinta en su cuerpo.
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