A pesar de la ocurrencia de la mujer, su marido se terminó dándo cuenta de que algo olía mal.
Descartada una cuestión de higiene, la esposa confesó su plan y el marido acudió rápidamente a un hospital donde le salvaron la vida.
Los médicos le informaron que el veneno era suficiente veneno como para haber muerto. Y todo por culpa de la vagina asesina de su mujer que, por cierto, está desaparecida
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