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Las mamasitas no dejan olor el baño

Laura Moreno

Muchos pensaron que era una broma, pero hasta el momento “Es un producto real”, ya que hasta el momento ha reportado ventas millonarias en Amazon que superan al iPhone 5. Existen testimonios de usuarios, más de 4 millones de botellitas vendidas, 15 millones de visitas al video de YouTube en menos de tres semanas, además de cientos de reseñas de usuarios y periodistas en los medios.

Aunque no tiene subtítulos en español, el producto no es un aromatizante ambiental que perfuma el olor de las heces, sino que, gracias a una fórmula secreta, inocua, natural y biodegradable, “envuelve” los aromas de la “popó” para que estos no ocupen el espacio olfativo de los sanitarios públicos. El anuncio utiliza el estereotipo de la chica inglesa de alta sociedad que, con su collar de perlas, su dicción perfecta y su tono petulante, se refiere al excremento con nombres rebuscados, enumera las situaciones sociales en las que el neutralizador puede "salvar la reputación" de quien lo use. Sobre todo, la reputación de las chicas. Porque, como dice el eslogan: “las chicas no hacen popó”.

Mercadológicamente hablando, el anuncio es una verdadera joya, la actuación es impecable, el guión no tiene fallas, la ejecución del comercial es perfecta; con un tono ambiguo que oscila entre farsa, parodia e infomercial, el anuncio hace explícita la paranoia que sufren millones de personas en el mundo: que los demás se den cuenta de que una persona acaba de defecar; en otras palabras: cagar sin dejar rastro. El nombre resulta cómico y un poco ñoño: mezcla la palabra poop (popó) con popourri, término que usa el mercado anglosajón para referirse a los saquitos con aromatizantes. En español sería algo tan ridículo como “popó-purri”.

https://www.youtube.com/watch?v=ZKLnhuzh9uY?rel=0

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