Confiesa que se come uno apenas abre los ojos por la mañana, otros cuantos de postre y uno más antes de irse a dormir.
Nicole afirma que su preferencia son los desodorantes en barra, aunque le gustan mucho también los aerosoles.
Además, admite que la primera vez que probó un desodorante fue cuando tenía cuatro años de edad y desde entonces los probaba de vez en cuando. Sin embargo, hace dos años esta costumbre se convirtió en una verdadera adicción.
Ahora, como muchas otras mujeres, ni siquiera sale de casa sin un desodorante, pero lo hace por motivos diferentes: en cualquier momento puede sacarlo y comérselo.
Actualmente, su porción diaria llega a media barra, lo que se convierte en 15 barras completas por mes y en casi 400 desodorantes desde que se dejó llevar por su adicción. Nicole explica que le gusta sentir cómo un desodorante se derrite en su boca y admite que cada marca tiene un sabor único. Sin embargo, no comenta qué efectos en su salud ha tenido una dieta tan peculiar.
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