Ante tal accidente, Hunter fue tratada con antibióticos para prevenir una grave infección; un mes después comenzó a sufrir de fuertes dolores, vómito y diarrea. Con el tiempo, su estado de salud se empeoró y comenzó a bajar de peso hasta llegar a los 42 kilogramos.
Al no haber una mejora considerable, los médicos descubrieron que una peligrosa bacteria había infectado su colon. Por esta razón, los médicos se vieron obligados a hacerle un trasplante de ‘popó’ proveniente de su mamá.
Aunque sea difícil de creer, esta fue la solución para que Kaitlin se recuperara de esta enfermedad que cada año mata a cerca de 14 mil personas.
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