"Nunca he querido ser un hombre. Me encanta comprar, vestirme… si fuera un hombre, sería gay. Me encanta ponerme tacones y vestidos ajustados y, además, me encantan los hombres", comenta la tenista en una entrevista publicada hoy en "L’Équipe" .
"Siempre he adorado ser una mujer negra. Represento tanto para los afroamericanos y para la gente de color en general que no quiero que eso cambie. Estoy orgullosa de mi negritud. Sé que muchos negros preferirían ser blancos. Me parece una locura. Estoy orgullosa de ser lo que soy", comenta la deportista de Saginaw, en Michigan.
En asuntos del corazón, ser una de las mejores tenistas de la historia, no es necesariamente una ventaja, comparte.
"No me acuerdo de la primera vez que me enamoré. Pero hace cuatro años amé a un hombre. Rompimos. No es tan fácil tener una vida amorosa estando en el circuito", confiesa.
"No me gustan los hombres frágiles. Me gustan fuertes, los que no lloran nunca", dice la menor de las hermanas Williams, que asegura que en su vida no expone sus emociones y lo retiene todo en el interior.
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