Médicamente se sabe que en un niño pequeño la cabeza siempre es más grande que el cuerpo, esa condición en esta ocasión mantuvo al menor suspendido hasta que pudo ser auxiliado.
Un valiente vecino, arriesgando su vida, se trepó por la ventana del piso de abajo y le sostuvo las piernas para que el niño no se cayera mientras llegaban los cuerpos de rescate. No obstante curiosos habían ubicado una gran sabana para recibir al chico si llegaba a caer, informa.
Afortunadamente, el hecho no pasó a mayores y el pequeño pudo volver con sus padres sano y salvo, eso si con la certeza de que no volverá a asomarse por la ventana.
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