Tras lo que pareció una eternidad, el propietario del smartphone finalmente apagó el aparato y el concierto pudo continuar. "Se puede imaginar lo terrible que es tener esto en la conciencia. Es horrible, horrible", dijo el hombre a The New York Times a condición de no ser identificado.
El responsable del incidente, un empresario amante de la música que está abonado a la Orquesta Filarmónica desde hace 20 años, dijo no haber podido dormir las dos noches siguientes al episodio.
El miércoles fue contactado por las autoridades neoyorquinas, que le pidieron que no se repita lo ocurrido. El hombre, a quien la Filarmónica llamó "Cliente X", habló con Gilbert y se disculpó telefónicamente.
El viernes, este empresario, todavía traumatizado por lo sucedido, extendió sus disculpas a todos los presentes esa noche a través de sus declaraciones al diario estadounidense. "Espero que puedan perdonarme. Les pido disculpas a todos ellos", dijo.
Y explicó lo que había sucedido. Su empresa le había dado el teléfono un día antes y creyó haberlo apagado antes del concierto. Pero la alarma despertador estaba activada y comenzó a sonar. Recién cuando el director de orquesta lo miró, se dio cuenta de que era su iPhone el que había interrumpido el concierto.
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