El segundo gran descontento, compartido por el 59% de los entrevistados, se debe a los gritos o llantos de los niños en pleno viaje. El 53% también señaló como un problema tener que volar con personas ebrias o que bebieron de más.
A esto se agregan, en cuarta y quinta posición, las molestias por conversaciones en tono elevado y los pasajeros que escuchan música o películas con sus audífonos a todo volumen. El top 10 de las quejas se completa con los viajeros que comen de manera ruidosa, los que roncan, los que aplauden en el aterrizaje (aunque sea una costumbre para agradecer al piloto y a la tripulación), los que hablan mucho y, por último, los que aprovechan la ocasión para coquetear.
El sondeo fue hecho sobre un total de 6193 personas de Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y España.
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