El dispositivo toma en consideración la edad a la que murieron los padres, el estado civil, el nivel económico, la cantidad de ejercicio semanal, la propensión a contraer enfermedades y si se es fumador, alcohólico o drogadicto.
Pero si la persona es asustadiza, luego de haberlo comprado con el afán de organizar la vida sabiendo el momento exacto de su deceso, tiene la opción de usarlo sólo como reloj y simplemente se desactiva o esconde esta función que segundo a segundo te va acercando a la hora de tu muerte. También pueden reactivarlo cuando vuelva a sentirse preparada para afrontar su destino.
Para los que tengan memoria frágil hay una versión que incluye un sonido de alerta que chilla periódicamente, así nadie olvida que cada segundo está más cerca de morir. Incluso existe la opción de programarlo para que suene sólo en un determinado momento del día, así no resulta tan molesto.
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