Su dueña, Kate Meerch lo encontró colgando desde el borde de su metálica prisión doméstica y pudo liberarlo. Resulta que el roedor se había tragado un imán que era parte de un muñeco de El Hombre Araña que había caído en la jaula..
Por suerte la señora Meerch pudo identificar el problema y logró hacer que Pitufo vomitara el imán.
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