Garvey, de 24 años, ya probó en su propio cuerpo cerca de mil artefactos de estimulación sexual, ropa de latex y lencería erótica. "En lugar de estar rodeada de elementos de oficina y computadoras todo el día, tengo pilas de juguetes eróticos para jugar", expresó.
"No soy una adicta al sexo, represento a las chicas normales, que, como yo, necesitan comprar estos productos", aclaró. Nat prueba cada semana decenas de artefactos y luego les pone una puntuación en informes que entrega a sus empleadores, una sex shop llamado Passion. "Mi trabajo es recomendar los mejores juguetes sexuales para chicas solas, parejas y usables por gente de todas las edades".
La joven debe evaluar los materiales y por ello le pagan 40 mil dólares anuales. Este es su segundo año en este oficio, al cual define como "el mejor trabajo del mundo".
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