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En un mail, ¿beso o saludos?

Laura Moreno

La web tiene sus reglas sociales, sus protocolos, y sus ¿adorables? informalidades

En ese marco, más de una vez nos encontramos con la dificultad de no saber cómo "cerrar" un correo electrónico sin caer en un exceso de afectuosidad o sin sonar antipáticos o demasiados fríos. Y más de una vez nos sentimos defraudados por el modo en que el otro nos saluda al despedirse. ¿Te suena?.

Los saludos asumen distintas formas y, en general, indican el grado de cercanía, afecto o interés que se tiene por la otra persona. Por lo cual se podría decir que a mayor afecto en el saludo, mayor muestra de cercanía.

En el trabajo, por ejemplo, la elección del saludo de correo electrónico transmite no sólo un mensaje interpersonal que habilita al escritor para negociar sus relaciones de trabajo, sino que también contribuye a la creación de una relación amistosa (o es, al menos, expresión de una cultura de trabajo amigable, algo creciente en las empresas).

La forma de saludar dependerá entonces, fundamentalmente, del grado de confianza o de la relación que tenemos con el destinatario y lo que queramos generar en quien recibirá el mail:

1. Si tenemos confianza o relación con el destinatario: Evidentemente, acá no hay mucho misterio. El tipo de saludo será afectuoso y seguramente utilizaremos los que denotan contacto físico como "beso", "abrazo" o "cariños" por citar algunos ejemplos.

2. Si no hay confianza o no conozco en profundidad a la otra persona: En estos casos claramente conviene ser cauto porque podemos quedar pagando como en el ejemplo del principio y sin tener, a la vez, la posibilidad de saberlo. Para estas situaciones se impone el saludo más formal, como "saludos", y el más corporativo "atentamente".

3. De acuerdo a lo que quiera generar con el mail: El lenguaje es generativo y las palabras que utilicemos en un mail pueden cambiar nuestra realidad. Puedo pedir un aumento, puedo invitar a salir a alguien, puedo desear que me respondan que sí, o que no. El saludo no escapa a esto y puedo, por ejemplo, "tomar el riesgo" de saludar afectuosamente a alguien a quien me quiera acercar, aunque no tenga la confianza suficiente. Una especie de señal. Depende de lo que quiera generar.

4. Si alguien a quien uno cree cercano contesta “saludos”: Quizás sólo estaba apurado y no prestó atención al saludo, o estaba de mal humor por otra situación. Recordemos que no sabemos cómo las cosas son, sino cómo las interpretamos. Frente a una situación como esta podríamos preguntarnos, ¿qué podemos hacer para sacarnos la duda? Una llamada telefónica, un mail a un tercero, etc. Lo ideal es conseguir más información, preferiblemente hechos y no otras interpretaciones, para llegar a la mejor conclusión posible. Ojo con la reacción "en caliente".

5. ¿Uno debe adaptar el modo en que saluda en función del otro, aún si un frío "saludos" no lo representa? Depende lo que uno quiera. Si desea mantener un estilo personal sin importar lo que le provoque al otro, y lo hace sabiendo que eso tiene consecuencias positivas y negativas, es su decisión, no está bien ni mal. Lo importante es distinguir y elegir.

6. Sobre protocolos o "reglas" en las empresas: Hay muy poco escrito sobre el tema y tiene que ver más que nada con normas de convivencia y sentido común, como no enviar un mail al jefe de mi jefe sin copia a él, no incluir personas en copia sólo “por las dudas”, evitar responder enojado y si lo hacemos escribir el mail y tomarse un tiempo antes de enviarlo, etc.

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