"La única manera de que este negocio falle es que la gente ame levantar los desechos de sus mascotas", sostiene D’Aniello. Y añade que no es que los dueños de los perros sean vagos, pero que levantar los residuos de sus mascotas es una tarea poco placentera y quita tiempo.
Ante esto, DoodyCalls le permite a los clientes, previo pago de una pequeña suma, disfrutar un poco más de la vida sin tener que preocuparse por esa desagradable tarea
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