En este simpático restaurante, las camareras se visten con diminutos trajes de enfermeras, y a los comensales se les pone un batín, como si fuesen a entrar al quirófano.
Una vez demostrado el peso y vestido de forma adecuada (con el batín), se puede empezar a disfrutar de las hamburguesas, papas, helados, refrescos de cola a base de azúcar y otros acompañamientos igual de insanos como cigarrillos sin filtro, litros y litros de cerveza y licores de todo tipo.
Según la web Entrepreneur, el plato estrella de la carta es nada menos que la "hamburguesa cuádruple by-pass", o sea, cuatro pisos de carne grasienta con queso y papas fritas en manteca de cerdo.
El local fue fundado en 2005 con la intención declarada de servir "pornografía nutricional". Pese a su polémica estrategia publicitaria el local cuenta con gran cantidad de clientes. Lo único que está prohibido es compartir la comida gratis.
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