Su reto ahora es convertirse en profesional y lograr que los hombres se adentren en este mundo de mujeres sin pudor. Para ello, primero le gustaría lograr ser profesor del 'baile de barra', que considera un auténtico arte.
"Amo este baile desde que era un niño", asegura el joven que se alistó al ejército con sólo 18 años y llevaba una prometedora carrera cuando decidió dejarla por su afición, ante la perplejidad de todos.
"Los hombres no somos inferiores a las mujeres a la hora de bailar", asegura. "Y en especial en esta danza, donde la fortaleza es tan vital como la flexibilidad", finaliza.
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