La Corte Suprema del Estado de Nueva Gales del Sur ha encontrado culpable a la compañía estadounidense. Monika Samaan tenía siete años en 2005 cuando resultó intoxicada con la hamburguesa, tras lo que sufrió encefalopatía y salmonelosis, lo que le causó secuelas cognitivas, motoras y en el lenguaje.
Ahora, el juez Stephen Rothman ha considerado que la hamburguesa estaba contaminada por la "negligencia" de uno o varios empleados de KFC. La compañía ha anunciado que recurrirá el fallo, aunque todavía no ha iniciado el procedimiento.
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