Esta «rocambolesca» histórica, como así la definen fuentes policiales, se inició hacía varias semanas en un juzgado de Bélgica cuando uno de los ahora detenidos -un hombre- logró burlar la custodia policial cuando iba a declarar por un delito sexual contra menores edad.
Su pareja -la segunda persona ahora arrestada-, que estaba apostada en las inmediaciones del edifico judicial belga, le facilitó un arma y ambos huyeron a pie. En su huida, se toparan con un matrimonio en el interior de un automóvil, al que a mano armada le sustrajeron el vehículo.
Semanas después, la causalidad ha querido que delincuentes y víctimas se encuentren en una playa de Guardamar del Segura, al sur de la provincia de Alicante. El pasado 26 de octubre, el matrimonio belga, que se encontraba disfrutando de un día de sol, se percató de que la pareja que les robó su coche estaba a escasos metros.
Tras efectuar una llamada de emergencia y mientras la mujer esperaba la llegada de los efectivos policiales, el marido recorrió las inmediaciones de la playa por si esa misma casualidad les permitía localizar el citado carro. Y lo encontró.
Su propietario, sin pensarlo, pinchó las cuatro ruedas para evitar que los ladrones se lo volvieran a llevar. Instantes después, la Guardia Civil, en colaboración con la Policía Local, detuvo a los ladrones, a los que les constaba una requisitoria internacional de búsqueda y captura como autores del robo del citado vehículo.
Los ahora arrestados han sido trasladados hasta la Audiencia Nacional en Madrid, donde se tramitará su extradición a Bélgica, han añadido las citadas fuentes.
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