En esta nación sudamericana, es casi una tradición que las novias lleguen al menos 10 minutos tarde a su boda. Y no resulta tan extraño que el retraso sea de una hora o más.
El cura Roberto Carrara, de la Catedral de Nuestra Señora de Lourdes en la pequeña ciudad meridional de Apucarana, está cansado de las demoras en las bodas, un problema que afecta otras misas y ceremonias previstas.
Daiane Evaristo, sacristán de la iglesia, dijo el miércoles que se ordenará a las parejas dejar un cheque de 300 dólares como depósito. Ese cheque sólo se les devolverá si la boda se realiza a tiempo.
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