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Juego de cartas francés para despedir empleados

Laura Moreno

La última muestra del gusto francés por la ironía y el humor negro es un provocador juego de cartas, ideado y producido por una pequeña empresa de Bretaña, en el que se trata de despedir a cuantos más trabajadores mejor para conseguir el derecho a deslocalizar la empresa en “un país totalitario con mano de obra barata”.

Bajo el nombre de Plan Social –fórmula con la que se designa en Francia todo plan de reducción de plantilla – ,el juego, del que inicialmente se editaron 3.000 ejemplares, empezó a comercializarse a finales del pasado mes de octubre al módico precio de 12 euros y se agotó en las tres primeras semanas, pese a no haber hecho publicidad ninguna. Ahora, se prepara una tirada adicional de 10.000 unidades más –que será vendida a partir de febrero– y una presentación estrella en el Salón del Juego, que se celebrará la semana que viene en el recinto de La Villette (París)

Concebido por la empresa Marwanny Corporation –al frente de la cual se encuentra John- Harvey Marwanny, un militante de la sátira– y editado por el juguetero Aeplay, el juego se presenta como “el preferido de los grandes patrones” y promete despertar en los jugadores sus “instintos predadores” y su “crueldad intrínseca”. “Que la fuerza del liberalismo sea con vosotros”, proclama mordaz.. Plan Social ha sido abundantemente regalado estas pasadas Navidades, naturalmente con doble intención. “Es un regalo con mensaje”, sostiene el presidente de Aeplay, Stéphane Daniel.

El juego está compuesto de 54 cartas en las que aparecen asalariados de todo tipo y condición descritos en tono de burla: “responsable de accidentes de trabajo”, “extractor de semen de cerdo”, “recepcionista a dos años de la jubilación”, “trabajadora sin papeles”… Las imágenes –caricaturas realizadas con personajes reales– son del más absoluto feísmo.

Los jugadores adoptan el papel de accionistas y gana, como es de suponer, el que consigue desembarazarse el primero de todos sus empleados. La consecución de algunos despidos particularmente difíciles –mujer embarazada, trabajador minusválido, delegado sindical– están premiados con una prima adicional. Cada carta tiene asignados puntos.

El mecanismo del juego es muy similar a juegos de cartas ya populares, como el Uno. Cada jugador que se descarta obliga al siguiente a colocar una carta del mismo nivel de cualificación o del mismo sector económico si quiere desprenderse de ella. En caso de contrario, debe tomar otra del montón. Quien logra despedir a todos sus empleados gana la jugada y cuando alcanza 200 puntos obtiene el “derecho de deslocalizar en China”… Eso sí, el juego ha sido “totalmente concebido y fabricado en Francia”.

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