“Esperamos poder recaudar unos 200.000 euros por año gracias al dispositivo”, dijo
este miércoles Isabelle Klotz.
El medidor, semejante a un parquímetro común y corriente, fue inaugurado
este fin de semana en una zona industrial, cerca del centro de la ciudad, muy
frecuentado por prostitutas y sus clientes.
El lunes, cuando se vació el contenido del primer parquímetro, se habían pagado
264 euros, precisó Klotz.
Si las prostitutas no pagan el boleto, válido de las ocho de la noche hasta la seis de
la mañana, reciben una primera advertencia y si reinciden deberán una multa.
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