Las cuestiones sexuales que más preocupan a varones jóvenes, menores de 35 años, y que muchas veces los llevan a realizar una consulta sexológica, son:
Obsesionados por el tamaño del pene
Los varones son "prisioneros" de una de las creencias más ampliamente aceptadas que dice que cuanto más grande es el pene, más efectivo es el varón durante la relación sexual. Es decir, de acuerdo al mito, el tamaño del pene estaría en relación directa con la capacidad sexual del individuo.
Desconocen que las partes más excitables de la mujer están en la región del clítoris y en la parte anterior de la vagina y que, además, ésta se adapta y acomoda, debido a su elasticidad, al tamaño del pene. Los varones han aprendido a darle preponderancia al pene y descuidan otros factores que intervienen en el juego coital: caricias, besos, distintas variantes, palabras afectuosas, fantasías.
La longitud media de un pene en erección es de unos 15 cm. En estado de flacidez el tamaño es muy variable y no guarda ninguna relación con su tamaño en erección. Se pueden considerar pequeños los penes inferiores a 10 cm., grandes los penes superiores a 20 cm. y enormes penes de más de 30 cm. Un pene pequeño puede dar más placer que un pene grande, todo depende de saber utilizarlo adecuadamente.
Aunque los penes erectos se ajustan al modelo biológico, éstos naturalmente suelen variar en cuanto a su tamaño, forma, color, longitud, ángulo de erección y forma del glande. Es importante recordar que dichas variaciones tienen poco efecto en las sensaciones y en la ejecución sexual. Dicho de otro modo, la óptima ejecución sexual de un varón a menudo tiene poco que ver con las dimensiones de su miembro y mucho más con la sensibilidad y capacidad de conectar con su pareja.
Preocupados por su eyaculación
Gonzalo (25 años) me consultaba por e-mail: tengo una pareja estable y con ella fue mi primera vez y estoy muy enamorado de ella, mi primera vez fue rápida, pero las siguientes fueron normales y me demoraba lo suficiente, el problema es que ahora me vengo rápido a los 2 a 3 minutos de la penetración, ella me dice que no hay problema pero yo no me siento cómodo con esta situación, le pido ayuda por favor.
La eyaculación precoz, un problema sexual que lo sufre del 15 al 20% de la población masculina, consiste básicamente en una dificultad o imposibilidad para ejercer un razonable control sobre el reflejo eyaculatorio. Lo característico del eyaculador precoz es no lograr controlar voluntariamente su eyaculación, no importa el tiempo que tarde en llegar a ella o si se ha consumado o no la penetración: cuando se excita llega rápidamente al orgasmo sin poder demorarlo ni interrumpirlo, y no es porque se excita mucho sino porque se acelera demasiado. Algunos terminan en los juegos previos, otros, apenas intentan penetrar o con sólo sentir que le tocan el pene.
Muchos varones, creyendo falsamente, que ello se debe al hecho de ser muy sensibles, recurren a remedios caseros: colocarse pomadas anestésicas o profilácticos, pensar en los negocios del día siguiente, recordar un partido de fútbol, mirar televisión mientras hace el amor, pedirle a su pareja que no le toque los genitales. Pensar en otra cosa lo único que logra es disminuir el control cortical sobre el reflejo y, en consecuencia, se da más rápido. Una vez que se descargó el orgasmo, nada ni nadie lo puede detener, porque los músculos comprometidos en la eyaculación comienzan a moverse de un modo espasmódico sin que se pueda ejercer ningún tipo de freno sobre ellos. Algunos se colocan cremas anestésicas o penetran a sus parejas cubriéndose el pene con dos profilácticos con intención de reducir la sensibilidad, pero adormecer o pretender aislar la zona con látex no resuelve el problema. Estas cremas o pomadas se desaconsejan, porque al anestesiar, inclusive la vagina de la mujer, atentan contra el placer y la percepción del momento previo al orgasmo.
Estos varones, no sienten más que otros, por el contrario le cuesta percibir sus sensaciones preorgásmicas. Son individuos muy ansiosos o impacientes, y muchas veces están más conectados con el deber que con el placer.
¿Cuál es el tratamiento más eficaz?: Si bien depende de cada caso, en general, se resuelve con 10 a 12 sesiones terapéuticas. Las llamadas terapias sexuales, que basan su eficacia en combinar técnicas psicoterapéuticas breves, centradas en la resolución del síntoma, con sugerencias específicas (tareas o ejercicios ) a realizar fuera de las sesiones, son muy eficaces para encontrarle solución a algo que se vive y sufre tan dramáticamente.
Preocupados por perder la erección
Diego (28 años): “Cuando tengo relaciones por primera o segunda vez con alguien tengo problemas, en el juego previo me excito mucho pero cuando voy a introducir el pene en la vagina pierdo la erección hasta el punto de no recuperarla por más intentos que haga. Me ha pasado sin usar preservativo y mucho más cuando intento colocarme uno. Desde la adolescencia sufro este problema, pero lo raro es que cuando tengo pareja estable jamás tengo un problema de estos.
No hay mejor manera de no lograr la erección que empeñarse en querer tenerla. El miedo al fracaso engendra el fracaso, enfrentar los miedos de una manera racional y sensata nos indica el camino de la solución, contra el oscurantismo, los mitos machistas y las sobreexigencias desmesuradas de los varones.
Por ello, cuando alguien se obstina en el momento donde siente que está tenso y supone que no va a funcionar, es mejor no insistir pues el miedo, la tensión o ansiedad hace que se segregue adrenalina. Justamente esta sustancia es la que produce la pérdida de la erección por la contracción vascular que genera; entonces mientras persista ese estado, es preferible realizar alguna técnica de relajación, darse un baño, hacerse masajes, ver una película erótica, recorrer con la mirada el cuerpo de la compañera. Es util recordar, una frase que tantas veces escuche decir a muchos de mis pacientes: “cuanto más la busco, menos la logro y cuando menos la espero, aparece".
