Katia, José e Irene, entre otros, son algunos de los motes que llevan los fenómenos
climáticos. ¿Hay algún patrón para llamarlos? ¿De dónde surgió la manera de
hacerlo?
Tres semanas atrás los habitantes de la costa este de los EEUU se vieron alarmados
por el huracán Irene, que dejó un saldo de 40 muertos y más de US$ 1.500 millones
en pérdidas.
Si bien son materia que tienen una explicación desde lo científico, hay algo que
depende de otras cuestiones que poco se vinculan con los delantales blancos: el
nombre.
Un informe de la CNN dijo que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos
(NHC, por sus siglas en inglés) utiliza un directorio de denominaciones que se
reciclan cada seis años. Pero hay excepciones.
Los destrozos que generó Katrina en 2005, junto a otros huracanes, hicieron que
ese mote se quite de la lista. Ese nombre quedó identificado en el inconciente
colectivo con lo acontecido por aquellos días. Repetir el título sería revivir viejos
fantasmas en la opinión pública.
En los EEUU, los meteorólogos comenzaron a usar los nombres de sus esposas
y novias para bautizar a los fenómenos, después de que los métodos previos
demostraran que la memorización era compleja. Información vinculada con la
latitud y la longitud de origen de la tormenta era lo que utilizaban los científicos
hasta la Segunda Guerra Mundial.
Aunque la mayoría de las designaciones sean de género femenino, desde 1979
se empezaron a mezclar algunas masculinas, siempre en el orden que indica el
abecedario.
Cada temporada que comienza, el NHC presenta una lista de 21 nombres que
serán los que se utilizarán cuando surja algún huracán. Si son más de la cifra
preestablecida se utiliza el alfabeto griego.
Así es como se maneja en los EEUU y desde 1978 la Organización Meteorológica
Mundial de la ONU utiliza una nómina resuelta previamente para cada parte
del mundo. Pero no todos optan por las maneras estadounidenses. En la cuenca
noroeste del océano pacífico se toman como referencia flores, animales y árboles.
La del 2005 fue una de las temporadas que más actividad tuvo. Un año después,
cuatro nombres, entre otros, fueron dejados de utilizar por los expertos: Katrina,
Dennis, Stan y Rita.
