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Un estudio reveló que la crisis económica hace aburrirnos a la hora del sexo

Laura Moreno

El profesor de Sociología de la Universidad de South Bank en Londres, Jeffrey Weeks, aseguró que la gente se vuelve "más conservadora" en sus comportamientos sexuales en periodos de crisis económica.

Weeks, autor de varios libros sobre el influjo social en la sexualidad, manifestó que ante la inestabilidad financiera las personas buscan "una certidumbre" y las posturas "más fundamentalistas" en materia sexual cobran fuerza.

Por el contrario, explicó que las épocas de bienestar económico conllevan una relajación en las costumbres que permiten un mayor aperturismo y permisividad hacia comportamientos sexuales distintos de los tradicionales y formas alternativas de convivencia familiar.

El profesor expresó su confianza en que la escasez de recursos no provoque "retrocesos" en la apertura de las mentalidades registrada en los últimos treinta años en el mundo.

Weeks cree que la aceptación de las diversas tendencias sexuales está "profundamente imbricada en la vida cotidiana" actual, por lo que confía en que la crisis no derive en una involución social. En su opinión, la gente entiende ahora nuevos modelos de familia distintos al matrimonio heterosexual defendido por la Iglesia como la única unión sexual legítima entre seres humanos.

El sociólogo opina que "el moralismo es el mayor enemigo" de una sexualidad sana, en la que lo importante no es el tipo de actos que se practiquen, sino la asunción de la responsabilidad que estos conllevan y el respeto mutuo y de los demás.

El sexo se convierte en algo controvertido "cuando lo negamos" o "se rechaza", y por eso "cuánto más se adoctrina más se invita a las personas a rebelarse".

Para el experto, lo importante en estos momentos "no es lo que haces, sino cómo lo haces", en el sentido de que cualquier acto sexual es válido siempre que se actúe con responsabilidad. "La moral, más que en los hechos, está basada en el contexto", dijo Weeks, para recordar que en el pasado el matrimonio entre un hombre y una mujer se observaba como superior a una relación homosexual.

Sin embargo la sociedad actual valora más una relación de cualquier tipo basada en "una elección de igualdad" que un matrimonio en el que, por ejemplo, el marido ejerza violencia sobre su esposa.

El profesor considera que la concepción que tenemos de la sexualidad está determinada por el adoctrinamiento religioso y político, que marcan lo correcto o incorrecto en detrimento de la libertad de elección.

Weeks comentó que todas las tendencias sociales en materia sexual pueden apreciarse en Estados Unidos, cuna y hogar de los movimientos más liberales y, al mismo tiempo, del fundamentalismo más exacerbado.

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