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Lo que los meseros odian de los clientes

Ellos hablaron de su trabajo y lo peor de atender público

Laura Moreno

1. Que los morboseen
Varios testimonios de camareros y camareras de Argentina coinciden en el mismo punto. Ellas odian que los clientes les echen la miradita al trasero o al busto. “Yo no soy de vestirme muy perra; de hecho tengo siempre la camiseta que me da el restaurante, pero me parece que es justamente eso, el uniforme, lo que los pone libidinosos”, cuenta la mesera de una conocida parrilla sobre la calle Fitz Roy.

Y los hombres también se quejan de que les ojeen su parte de adelante del pantalón, si está abultada o no.

2. Que les toque aguantarse el show
Muchas veces los clientes discuten, se enamoran, se declaran, hablan por teléfono y hasta se cuentan sus intimidades como si el mesero no existiera. Bueno, pues ellos están cansados de enterarse de todos esos temas sin la debida disculpa. Ellos no tienen porqué aguantarse eso.

3. Que los saluden y los llamen como a perros
El típica la mirada de "hola" sin decir nada, o la típica alzada de mano y con eso el cliente considera que es suficiente para que el mesero se acerque o le sirva.

4. Que les desordenen las mesas
La premisa es sencilla: un restaurante no es un rompecabezas para andar desarmando a voluntad. Cada mesa tiene un número y, en principio, esa organización debe respetarse porque sino se arma lío. Que un cliente corra la mesa, la achique, la agrande, la dé vuelta y juegue con ella es algo inadmisible para los camareros.

Si ud fuera mesero ¿qué le molestaría?

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