La Policía japonesa está trabajando para aclarar la identidad del hombre y por qué razones pudo quedar atrapado en el tren de aterrizaje del Boeing 777-200 que aterrizó el domingo en Tokio tras un vuelo que se suele prolongar durante más de 13 horas.
El cadáver fue descubierto por un trabajador del principal aeropuerto de Japón tras la inspección rutinaria a la que se someten las aeronaves que aterrizan en Tokio.
El cadáver no presentaba heridas, pero sí signos de congelación, lo que se debería a la exposición a las temperaturas de 50 grados bajo cero que se alcanzan en la altura de crucero de un vuelo intercontinental.
Según los investigadores nipones, la víctima tendría que haber quedado atrapada poco antes de que se iniciase el vuelo y habría fallecido por congelación.
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