El hecho ocurrió en la comarca Los Cerros, departamento de Masaya (sur), cuando los familiares de Yerenia Lández observaron que se movía y "respiraba con dificultad", relató su hermana Elízabeth al Nuevo Diario.
La resucitada, de 23 años, padece una enfermedad cerebral congénita, y hace una semana dejó repentinamente de moverse en su silla de ruedas.
Sus parientes la llevaron a un hospital público de Masaya, donde horas después los médicos certificaron su muerte.
"A la niña la entregaron con algodón en la nariz, en los oídos y en sus partes íntimas. Nos dijeron que si la metían en la morgue los trámites iban a ser más costosos y dilatados, pero si conseguíamos un carro nos daban el cuerpo", contó la mujer.
Su cuñada Lillian dijo que cuando fue a recoger el cadáver tuvo la impresión de que Yerenia estaba viva, pero que los médicos la regañaron cuando ella les hizo la observación.
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