La mamá de un niño declaró a los medios locales que "el parque solía ser un gran lugar para familias, pero ahora lo que más atrae a mi hijo son los pechos gigantes". Una maestra de jardín de infantes relató, a su vez, que las niñas se pusieron a llorar y preguntaban si le iban a crecer esos desproporcionados apéndices, mientras los niños se revolcaban de risa.
Un vocero del parque explicó que la escultura se queda aunque fue víctima de vandalismo varias veces, incluyendo a un hombre que trató de colocarle un corpiño inmenso.
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