Según explicó el propio Li, treinta años atrás el río corría sobre el terreno pero las autoridades locales lo cubrieron para construir un camino. "El río solía tener muchos peces y simplemente poniendo una red ahí se cazarían cientos", dijo.
Lo cierto es que después de construir el pozo instaló la consabida red en el río subterráneo y hasta el momento ha vendido pescado por lo que equivale a un poco más de sies millones de pesos colombianos. Cada día el hombre sube y baja las escaleras que construyó bordeando el pozo para recolectar el fruto de su creativa captura.
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