Con la idea de ponerse en la piel de sus clientes obesos, Paul James está empeñado en arruinar su físico perfecto. A pesar de haber sido modelo de ropa interior está comiendo como chancho y ya exhibe un generoso flotador.
Una vez que James haya subido 40 kilos de peso mantendrá su obesidad por tres meses y luego los bajará junto a sus clientes gordos de Melbourne. "Para mí es fácil decirle a alguien cómo bajar de peso, pero es mucho más difícil saber de dónde viene y cómo se está sintiendo esa persona", explicó.
James dice que está disfrutando mucho comer el pollo con la piel y unas papas fritas por la noche pero reconoce el peligro de ese incremento violento de peso. A pesar de que está atento a su presión sanguínea y a su estado general de salud, varios profesionales advierten sobre el altísimo riesgo de su emprendimiento.
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