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Víctor Malvado enseña a los hombres a conquistar

Laura Moreno

Basta con salir a la calle para comprobar que existe un gran número de tipos que disfrutan de mujeres que, evidentemente, no se merecen. ¿Injusto? Sin duda. Pero en lugar de quedarte en casa masticando la rabia, prueba a pasarte a su bando.
Nos hemos propuesto convertirte en un auténtico triunfador con la ayuda de todo un experto en la materia: Víctor Malvado. Detrás de este sugerente nombre se oculta un tipo que no es sólo un ligón dispuesto a compartir su sabiduría con nosotros. Malvado ha estudiado Programación Neurolingüística (PNL) y ha aprovechado estos conocimientos para convertirse en coach del difícil arte de atraer a las mujeres. En otras palabras: su popular método (desgranado en cursos y vídeos que se pueden encontrar en youtube) tiene una base “científica.
Hemos conseguido que este experto nos imparta una clase magistral, así que sácale punta al lápiz y empieza a tomar apuntes.
De entrada, este Casanova del nuevo milenio desmonta algunos tópicos erróneos. “Aún nos dejamos llevar por el machismo. Partimos de la idea de que nosotros somos los cazadores y ellas una especie de frágiles víctimas. Y, como consecuencia, evitamos acercarnos a las mujeres para no asustarlas. Yo, en cambio, les enseño a mis alumnos a abordar a las desconocidas de forma que los perciban como hombres sexuales, no cómo a un amigo más, expone Malvado. Toda una declaración de intenciones.

Haciendo amigos
Uno de los ejercicios que propone Malvado para aprender a romper el hielo es salir a la calle y tratar de entablar conversaciones, tanto con hombres como con mujeres. “Existe una barrera social que nos impide hablar con desconocidos. Pero la gente no muerde, así que no hay ninguna razón para no hacerlo, afirma. Esta técnica te ayudará a superar la timidez y el miedo a relacionarte. Una vez dominada la estrategia del acercamiento, podrás emplearla para otros propósitos menos inocentes….
Eso sí, en esta primera etapa, queda terminantemente prohibido ligar. “Cuando uno intenta flirtear suele estar tenso, y eso se nota. Lo básico en esta fase es aprender a hablar con todo el mundo. Céntrate en ello, recalca Malvado.
Rompiendo el hielo
Pongamos que hay una chica que te gusta y que has usado tu recién adquirida técnica para acercarte a ella. No te relajes: todavía te queda hacer lo más difícil. Intenta que la conversación, sea graciosa (sin pasarte) y que ella participe (así sabrás si ‘te sigue el rollo’ o no). Lo mejor es explicar anécdotas cortas que le den la oportunidad de responder, o hablar de generalidades sobre las que ella pueda dar su opinión. Prueba, por ejemplo, con frases del tipo “aquí la gente es más fría que en otras partes del mundo; pero se vuelve muy abierta cuando la conoces. Seguro que ella tiene una teoría sobre el tema y, si entra al trapo, tenéis conversación para un buen rato.
Olvídate de…
“Invitarla a copas es suplicarle que te preste atención. Resulta patético. Es algo que un hombre de verdad nunca haría, afirma Malvado. También suspenden los que, según este especialista, “leen los subtítulos en vez de atender a la película. Es decir, los que deslizan su mirada hacia el escote o las piernas en lugar de mantenerla fija en el rostro de su acompañante.
Meterse con ella
No te cortes y dale un poco de caña. Métete con ella, pínchala, provócala. “La idea es descubrir si entra en el juego, puntualiza el especialista. Malvado aconseja dar una de cal y otra de arena, y nos propone un ejemplo: “tú le dices: ‘me recuerdas a alguien’. Ella, evidentemente, no podrá aguantar la curiosidad y te preguntará a quién. ‘A mi amiga Mónica. Es una chica increíble. Tiene un magnetismo especial. Cuando entra en un bar, nadie puede dejar de mirarla porque es preciosa’, respondes. Y ahora llega el momento de la de cal. ‘Te pareces a ella, pero no físicamente, claro’, sueltas. Si se hace la ofendida, está en el bote. Palabra de Malvado.
El roce (ya lo sabes) hace el cariño
El ambiente se ha ido caldeando poco a poco, y el lenguaje corporal tiene que asumir más protagonismo. Tiéndele la mano para que ella tenga la posibilidad de ofrecerte la suya. Un gesto relativamente inofensivo que te indicará si está preparada. También puedes probar a recorrer el óvalo de su cara con las yemas de los dedos, o a apartarle cariñosamente el flequillo de la cara. Este tipo de roces suelen activar los procesos sexuales femeninos, que necesitan una estimulación progresiva.
Procura no asustarla: para no tensar demasiado la cuerda, lo mejor es probar a hacerlo cuando estéis hablando de un tema completamente neutro (no, no se trata de alabar las bondades del queso suizo). Su respuesta corporal te servirá para saber si te acepta o si, por el contrario, te rechaza.
Preparando el beso
Fija tu vista en su boca, como si fueras a besarla, y después apártate de ella con un tímido “no, no. Al cabo de un rato, actúa como si sus labios te estuvieran llamando: repite el gesto y recrimínaselo cariñosamente con un “oye, para ya. Sin ser vulgar, le estarás mostrando tu deseo y la atracción que sientes (y, al mismo tiempo, la estarás excitando).
Hora de juntar los labios
Tras algunas intentonas voluntariamente fallidas, llega el momento de la verdad. Puedes acariciar con la yema de los dedos tu objetivo, pero ten claro que no vas a darle un morreo de película. Si no quieres saturar sus circuitos, conténtate con un entrante. Inmediatamente después, apártate de ella, cógele la mano y continúa hablando como si nada hubiera ocurrido. Cuando te decidas a repetir, sí que tendrás vía libre para darle un beso de los que hacen historia. “Es un juego. Una especie de tira y afloja. Si lo haces bien, al final será ella la que se te acabe tirando al cuello, promete Malvado.

Esta es la pagina de Víctor para que lo contactes: https://www.victormalvado.com/