Para aportar información a los incautos que aún siguen descorchando botellas encima de sus propios rostros o de sus amigos y familiares, científicos alemanes calcularon la velocidad exacta a la que sale el corcho del champán.
Físicos de la Universidad Técnica de Clausthal consiguieron medir la velocidad con que es despedido un corcho de una botella de champán que ha sido agitada: 40 kilómetros por hora.
La fuerte velocidad no da tiempo a ponerse en resguardo, previno un portavoz de la Universidad, y quien se encuentre a tiro no podrá agacharse a tiempo después de haber escuchado el sonoro y característico ruido.
En Estados Unidos, todos los espumantes tienen un cordel que une el corcho a la botella para evitar ese tipo de accidentes. Pero, en la mayoría de los países del mundo el sistema no se ha implementado, y por esa razón sigue siendo necesaria la precaución al momento de descorchar una botella a la hora de celebrar.
Los especialistas recomiendan: luego de quitar la cápsula de papel metalizado que recubre el bozal, aflojar el bozal de alambre que cubre el corcho, colocando siempre el pulgar sobre el mismo, para evitar que éste salte. Después, retirar el bozal cuidadosamente manteniendo el pulgar sobre el corcho, para evitar que, si la presión del vino de la botella es grande, éste salga despedido. Una vez completado este trámite, comenzar a aflojar el corcho, sin soltarlo.
Por si hiciera falta recordarlo, se aconseja además, procurar que la botella no apunte hacia una persona, ventana o cualquier objeto que pueda romperse o dañarse.
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