Justo en el momento en el que Bono y The Edge tenían que interpretar ‘Every breaking wave’, el piano que acompañaba al cantante no quiso funcionar correctamente, lo que obligó a improvisar.
Mirando las personas que estaban en primera fila, Bono reconoció a un imitador de Elvis Presley, al que le dijo que siempre había querido conocerlo y que le encantaban sus primeros discos.
En medio de la improvisación, Bono invitó a subir al imitador de Elvis y terminaron cantando ‘Can’t help falling in love’, una de las baladas más recordadas de Presley y que Bono ya cantó cada noche durante la gira Zoo TV de U2.
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