Rod Beckham sabía que no podía dejar pasar ese momento. Con mucho sigilo, tomó su teléfono celular, lo puso a la altura del volante y comenzó a filmar.
La adolescente estaba tan ensimismada que no se enteró de la maniobra del padre, y siguió con su desopilante actuación.
Lo que más llama la atención es la insistencia de la joven, porque el video dura casi un minuto, y se supone que ella estuvo haciendo muecas y tomándose fotos, minutos antes y después de la grabación. Todo sea por la selfie perfecta.
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