
No se sabe si es una historia
del ratón Pérez, pero lo que sí sabemos es que
Jane Bett se disgustó mucho por encontrar un diente en su queso, pero no precisamente se puso brava con el supermercado donde compró el queso. Sino con su dentista que había ido al día anterior.
Cuando
Jane se dio cuenta dijo que se había sentido enferme y horrible.
Ahora los funcionarios
del producto investigan como este diente llegó al queso.